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Burnout & Engagement en el trabajo.

Pasamos gran parte del día en nuestros puestos de trabajo y en algunos casos, éste puede llegar a ser fuente de enfermedades físicas y mentales. Las llamadas enfermedades laborales conllevan un importante riesgo para el trabajador y a su vez, suponen altos costes para las empresas. Por ello, resulta de vital importancia el estudio de la calidad de vida laboral que las organizaciones ofrecen a sus trabajadores. Para dicho estudio, es muy común focalizarse en el análisis del “profesional quemado”  y del “profesional comprometido”. 

El estudio del burnout o síndrome de quemarse por el trabajo ha ido adquiriendo más relevancia debido a la complicada situación laboral que hemos vivido en los últimos años. Dicho término hace referencia al desgate profesional o estrés laboral que desemboca en una ausencia de sentimientos de realización personal en el trabajo y que consecuentemente, pueden  llevar a una disminución de productividad o calidad del trabajo. Factores como la alta exigencia en la calidad del trabajo, sobrecarga laboral, preocupación por el empleo, cambios en el sector económico, recortes presupuestarios, etc., pueden ser factores de riesgos para la aparición del burnout. Es importante tener en cuenta que existe la posibilidad del contagio en el burnout, viendo niveles de estrés altos en aquellos trabajadores cercanos a aquel que experimenta dicho síndrome.

Por otro lado, el engagement o compromiso por el trabajo, puede ser entendido como un estado motivacional positivo que se caracteriza por la manifestación de vigor y dedicación hacia el trabajo. Aquellos trabajadores que sienten una gran motivación por el trabajo y por ende, altos niveles de engagement, pueden llegar a demostrar una vinculación psicológica con el mismo. Hay tres factores principales que se utilizan comúnmente para el estudio del engagement, dichos siendo el vigor, la dedicación y la absorción. El vigor se caracteriza por niveles elevados de energía en el trabajo, llevando a los trabajadores que lo experimentan a poner mucho esfuerzo en su actividad laboral. La dedicación se refiere a la sensación de identificación, incluso orgullo, por el trabajo realizado. Finalmente la absorción hace referencia al hecho de estar totalmente centrado en el trabajo.

En la práctica, tanto el burnout como el engagement interactúan constantemente en todos nosotros. Por ejemplo,  si un puesto laboral requiere grandes demandas sostenidas en el tiempo, puede  provocar que el trabajador desarrolle un agotamiento emocional considerable al igual que un elevado nivel de estrés; es decir llevando al trabajador a “quemarse” y demostrar un bajo nivel de compromiso con su trabajo. 

Aun así, es importante entender que  el engagement y el burnout no son polos opuestos y la aparición de una u otra no implica la disminución o aumento de la otra; pero, son factores importantes a estudiar para favorecer el buen ambiente laboral, la calidad de vida de los trabajadores, el buen rendimiento y así, por ello, maximizar las consecuencias positivas tanto para la empresa como para los trabajadores. En las organizaciones saludables se da la misma importancia a la salud de los empleados que al buen funcionamiento económico y social de la propia empresa.

 

María Raga Hervás, Consultant AIBE Partners.


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